Carta para Aquellos que Buscan la Sabiduría.


“Pide entendimiento y busca la sabiduría como si buscaras plata o un tesoro escondido. Así llegarás a entender lo que es obedecer a Dios y conocerlo de verdad. Sólo Dios puede hacerte sabio; sólo Dios puede darte conocimiento.” Proverbios 2:3-6 

Estimado lector: 

Un gusto poder saber que lees estas líneas con un interés en tomar a la sabiduría como tu guía para la vida. Esta no es una carta de un personaje que ya lo alcanzó y que es un mentor que te puede dar consejos sobre la base de sus logros, sino una persona que ha decidido tomar a la sabiduría como su brújula, el lugar donde se encuentran respuesta a las grandes preguntas de la vida y, sobre todo, la forma de encontrar a Dios en su más pura esencia. 

La sabiduría es práctica. Es vivencia. Es luz. Lastimosamente no se encuentra fácilmente. No es para el que le gusta encontrar, sino para aquellos buscadores de tesoros que anhelan ser mejores cada día y lo intentan. Cuando la encuentras y la sabes usar, tendrás una capacidad de gestión que siempre buscará la excelencia y tu toma de decisiones, se convertirá en tu mejor habilidad. 

Además, la sabiduría cuidará tu vida. Te ayudará a tener las palabras adecuadas y te permitirá actuar en el momento correcto. Serás oportuno y trascendente. Serás capaz de escuchar a las personas y ayudarles en los momentos de crisis. Presta tus oídos y pon atención. Observa todo. Escucha a todos. La sabiduría te ayudará mucho a tener excelentes relaciones interpersonales con todas las personas en tu entorno y siempre serás un gestor de felicidad porque tus palabras, acciones y actitudes cambiarán la atmósfera de cada lugar donde vayas. 

Es importante reconocer que el camino a la sabiduría es complejo, pero no porque sea difícil de ingresar; sino porque luchamos contra la gratificación instantánea, que es un enemigo que nubla nuestra visión y nos hace preferir cosas que nos hacen mal, pero nos dan placer y nos quita la vista de alcanzar la felicidad por unos cuantos minutos o segundos (esto es lo peor) de satisfacción. También nos enfrentamos a la soberbia, que se pasea por nuestras vidas con un cártel que nos hace creer que la sabiduría es sentirse más que los demás, cuando es todo lo contrario. Estos dos contendientes se pararán todas las mañanas, tardes y noches y nos retarán a un duelo. A veces ganaremos. A veces nos avergonzarán porque se posicionarán de nuestras decisiones y acciones; pero, no les debemos temer. Solo se gana la batalla, enfrentándonos cada día con humildad, con la búsqueda diaria de esforzarnos y sobre todo, entendiendo que lo fácil no es sinónimo de éxito, sino que hacer las cosas bien y de forma correcta es la única manera de alcanzar la sabiduría. Hay muchas cosas más que hablar de la sabiduría, porque esta nos transforma la vida. Nos convierte en protagonistas de nuestra historia. Nos ayuda a asumir el control de nuestras decisiones. Nos enseña a tomar valor y enfrentar las crisis y los problemas de la vida como debe ser. Nos hace dimensionar el valor real de las situaciones y de las cosas. Nos conduce a amar sin límites lo que se debe amar. Nos hace entender que es lo prioritario. Nos libra del resentimiento haciéndonos valientes y responsables de perdonar y pedir perdón. Nos hace actuar con diligencia y nos enfoca en darle el sabor auténtico de la vida. Nos hace entender el peligro de caer en la mediocridad y en la indiferencia. Nos hace ser provocadores y gestores de cambios para el bien de nuestra vida y nuestro entono. Nos hace guerreros que vive para Dios y sabemos que el fin de todo es ser fiel a Dios, guardar sus preceptos y agradarle. 

No quiero terminar de escribir esta carta sin decir las recompensas de vivir y conducirse con sabiduría. Conocerás a Dios, entenderás mucho de lo que Él hace y sin lugar a dudas te sentirás pleno. Así también, cuando tu vida es guiada por sabiduría jamás pondrás tu vista en el azar. Serás capaz de planificar, gestionar y evaluar lo que está mal y recomenzar, restaurar y edificar en los mejores lugares. Caminarás confiado, no en tus capacidades, sino en que estás plenamente convencido en que el Señor está contigo porque tu fe está depositada en su poder y su misericordia. 

Me encantaría saber más de ti. Espero que logres tu propósito y vivas para amar, luchar y ser mejor persona. La sabiduría será tu garantía de vivir plenamente. 


Con cariño.

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