1. Nuestra elección más importante en esta vida no es con quién casarse,
ni qué carrera estudiar, ni mucho menos en qué iglesia congregarnos o que
ministerio servir. Nuestra decisión correcta es saber escoger la
E-T-E-R-N-I-D-A-D.
“De nada sirve que una
persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su
vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.” Sn. Mateo 16:26 TLA
2. Nuestro éxito más grande no es escribir un libro, ser admirado o
acumular bienes y riquezas. El mayor triunfo que puedes conquistar es ser
conforme a Su Corazón. Es decir, Lucha porque Dios hable bien de ti.
“Entonces
le dijo el Señor: —¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él,
que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de
no hacer mal a nadie.” Job 1:8 DHH
3. Lo más importante no son nuestros sueño, nuestras metas o ilusiones;
lo imprescindible en la vida, está en lo que hagas por Dios y no lo que Él haga
por ti. Tus prioridades no deben preocuparte. Lo que debe obsesionarte es Su
Presencia. El destino está en sus manos.
“Moisés le dijo: —Si no vas a
acompañarnos, no nos pidas que salgamos de aquí. Acompáñanos, y
seremos diferentes de los otros pueblos de esta tierra. ¿Cómo van a saber los
israelitas que tú confías en mí, si no vienes con nosotros? Dios le respondió: —Está bien, voy a
acompañarlos, porque realmente te amo y confío en ti.” Éxodo 33:15-17
4. Nuestra fe no debe estar basada en las respuestas que recibas. La fe
debe estar depositada en Su Poder.
“Todas esas personas
murieron sin haber recibido las cosas que Dios había prometido; pero como
tenían fe, las vieron de lejos, y las saludaron reconociéndose a sí mismos como
extranjeros de paso por este mundo.” Hebreos 11:13
5. Nuestro amor a Dios no debe estar basado en Sus Promesas, en Sus
Milagros o en lo que pueda darte. Debe cimentarse en Su Imagen, Su Corazón. No
es dar para recibir. Es simplemente dar.
“Salomón, hijo mío, Dios
conoce todos tus pensamientos, y sabe cuáles son tus intenciones en todo
momento. Por eso, obedécelo con amor y de buena gana. Él siempre responderá tus
peticiones; pero si no lo obedeces, él te rechazará para siempre.” 1ª Crónicas
28:9
6. El temor de Dios no es terror a las consecuencias. Debe estar basado
en cuánto lo amas.
"El fin de todo el
discurso oído es éste: Teme a Dios y guarda sus mandamientos; porque esto es el
todo del hombre." Eclesiastés 12:13 RVR1960.
7. Los desiertos no son para quejarnos, alejarnos o desalentarnos. Son
esos momentos que Dios quiere probar nuestro corazón, pulir nuestro temple,
conocer nuestras motivaciones e invitarnos a mejorar. Es un desafío que implica
dar lo mejor de nosotros y salir aprobados.
"Si tanto te cansas
corriendo contra gente de a pie, ¿cómo podrás competir con gente de a caballo?
En terreno seguro te sientes tranquilo ¿pero qué harás en la espesura del
Jordán?" Jeremías 12:5 DHH
Bonus Track:
8. El desafío de la vida no es para que encuentres tu “yo interno”. La
vida va más allá. No es amarte, ni sentirte valioso. No. El reto verdadero de
la vida es que tu ego muera cada día y Cristo viva.
“Después,
Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y les dijo: «Si ustedes quieren ser
mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que
estar dispuestos a morir en una cruz y a hacer lo que yo les diga.” Marcos 8:34
DHH
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